Mucha Miga se reinventa. Tras la barra del acogedor local que regentan desde hace tres años Nonia Villa y Eduardo Pérez se escondía algo más que un delicioso café y una caña. Las manos de Eduardo Pérez son las artífices de las masas de todos sus productos: panes espectaculares, bollos y dulces eran los culpables de que su clientela repitiera una vez tras otra.