Quien crea que lo de catar vinos es algo único está equivocado. Los libros también se catan y prueba de ello es la iniciativa que ha llevado a cabo el argentino Eitan Felner, una intrincada sinestesia que ha sido recibida con los brazos abiertos por los devoradores de libros.
Esta idea se llama cata de libros o como su creador prefiere, book tasting. La idea es bastante curiosa, no se trata de reuniones o clubs de lectura, sino de juntar a un grupo de gente totalmente desconocida en un lugar que sea acorde con la temática elegida para leer una poesía, algún cuento corto o fragmentos de una novela y de paso engordar la vida social.
El objetivo de esta experiencia es descubrir nuevas lecturas de boca de otros apasionados de las letras pero bajo una norma, un tema y todo aderezado con vino y buenas tapas. Así se marida un libro con películas, aromas, vinos, objetos de la vida cotidiana. Y los espacios elegidos para hacerlo pueden llegar a ser de lo más variopintos. Un parque, cafés, librerías curiosas, hoteles, viñedos, tintorerías, etc.
No es de extrañar una cata de lectura picante en un sex shop, o una cata sobre mitología griega en el Museo del Prado. La próxima será de literatura japonesa en una tienda de té. ¿Quién se apunta a la experiencia?
Mas info en booktasting.com