Cuando hablamos de porn food nos referimos a cualquier tipo de comida que entre por los ojos y produzca una salivación extrema y una ceguera absoluta por conseguir ese plato a toda costa.
Este es el caso de la fast food vegana. Una incoherencia si nos ceñimos a las bases sociales y filosóficas del veganismo y todo lo que hay detrás, desde el maltrato animal hasta el capitalismo, el estrés y demás temas controvertidos y políticos del asunto muy a la contra del fast food.
Pero hay que ser muy zen para poder resistirse a una deliciosa hamburguesa con su chorretón de salsa brillante cayendo por un lateral. La boca se hace agua inevitablemente. Y qué demonios, por qué un vegano no va a poder darse un capricho y comerse una hamburguesa, eso sí, sin carne.
Eso mismo es lo que han pensado algunos locales de Nueva York, donde el veganismo se impone, pero sin olvidarse del pringue y del gusto que da comerse una marranada de vez en cuando.