
Amor es su firma. Un chaval positivo que sólo pretende transmitir una imagen simpática y positiva para aquellos que lo miren.
Tiene poco más de 20 años y pinta para evadirse de una vida difícil, a pesar de lo cual su mente positiva y la experiencia le confirman que Dios le quiere. Es el autor de «Keko», ese simpático muñeco que aparece en los sitios más inesperados de León, algunos con un acceso imposible.
Lleva desde los 13 pintando esta cara a la que le puso el nombre cuando alguien le dijo «mira qué queco más guapo!», y se quedó con «Keko».
Para él pintar no es sólo una evasión, «es mejor que una droga, te engancha muchísimo, disfruto mucho haciéndolo» y además con ello busca no sólo la omnipresencia del grafitero, quiere difundir amor, y así es como firma, «porque el amor está en todas partes», considera que no hace daño a nadie y sin embargo «alguien que lo vea al pasar se lleva una imagen simpática, que ya bastante serio es este mundo». También piensa en los niños a los que quiere transmitir esa positividad de Keko.