Resulta una lata abrir un sobre de jamón serrano en el que las lonchas se encuentran pegadas unas a las otras. A pesar de los separadores de plástico que traen entre cada loncha, siempre queda un hilillo que se queda en el envase.
Existe un nuevo packaging, el tarro de jamón, una idea de lo más simple pero con un gran resultado. Las lonchas una vez cortadas a cuchillo se pesan y apilan, se introducen en los frascos que se cierran al vacío pero con menos presión que los sobres de plástico, por lo que el jamón no pierde apenas grasa. Además, las lonchas se pueden sacar de una en una sin que se queden pegadas entre ellas.