Parece de chiste, pero no lo es. El miedo a las palabras largas se llama Hipopotomonstroesquipedaliofobia. Y a pesar de que podamos pensar que fue un graciosillo el que le puso el nombre a esta fobia, la culpable del nombre es la etimología: hipopoto (del griego) es grande, monstro es monstruoso, sesquipedali (del latín sesquipedalis) palabra grande, y phobos que quiere decir miedo.
Es irónico, pero así es como se define el miedo a pronunciar palabras largas y complicadas. Quienes lo padecen evitan mencionar cualquier término con estas características. Y por fortuna se han buscado sustitutos, aunque no parece que vayan a tener mucho éxito entre los hipopotomonstroesquipedaliofóbicos, pues son: sesquipedaliofobia o largsofobia. Con lo fácil que es decir: ‘es que soy parco en palabras’.