Lo de tener dinero es un handicap para mucha gente cuando cupido llama a sus puertas. El dinero muchas veces se antepone a los sentiemientos y no se sabe con certeza si el amor ha entrado en sus vidas o han sido otros intereses. Si a esto se le suma el inconveniente de tener poco tiempo, ser rico resulta un problema.
Los matchmakers están precisamente para esto, personas que se dedican a buscar pareja a los ricos. Pero la filosofía no tiene nada que ver con una antigua agencia matrimonial ni con utilizar algoritmos, ni bases de datos. Se acerca más a lo que es un head hunter en el ámbito laboral, pero jugando con los sentiemientos. Las entrevistas que realiza un matchmaker son cocienzudas y personalizadas para saber qué es lo que busca el cliente.
El perfil de los candidatos suelen ser personas con gran educación y profesiones liberales, que estén buscando pareja y se adapten a sus vidas. Generalmente con menos dinero que sus futuras parejas.
Aunque parezca que es un mundo de hombres, en España son más las mujeres que contratan los servicios de un matchmaker, con edades entre los 38 y los 55 y con ingresos superiores a los 80.000 euros. El precio del servicio está entre los 3.000 y los 5.000 euros por un plazo de seis meses. Quizás algo elevado, pero el tiempo es un bien que escasea para ellos.