Hay ocasiones en las que a alguien se le ocurre una de esas ideas tan buena que hasta los expertos recomiendan copiar. Ésta es una de ellas: el Ayuntamiento de Grenoble, en los Alpes franceses ha colocado por la ciudad pequeños dispensadores de literatura. Son aparatos que emiten «tickets» con fragmentos literarios de forma gratuita.
La idea es llenar esos minutos muertos que todos tenemos en nuestra vida cotidiana con un poco de literatura y de paso contribuir a tener una población más culta. Una gran iniciativa con un pequeño gasto!