Si tus lentejas se llevan tan mal que siempre se pegan busca el lado bueno, puedes convertirlas en una ‘obra de arte’ con destino al original Museo de Alimentos Quemados de Massachusetts. Una idea puesta en marcha por la arpista nominada a los premios Grammy a finales de los ochenta, Deborah Henson-Conant, con una experiencia personal.
Oficialmente no es un museo y donde más movimiento hay es en su página http://www.burntfoodmuseum.com, donde se ‘exponen’ verdaderos desastres culinarios de los ‘artistas’ a los que animan con su lema ‘dejar siempre la llama baja… y luego irse a dormir una larga siesta’.
Así que se acabó raspar las tostadas del desayuno, enmárcalas y hazte otras.